Una lámpara con historia

Decidí buscar botellas especiales en los contenedores de vidrio. Al segundo intento hubo suerte. Pero como el contenedor no estaba muy lleno, no alcanzaba a coger la botella. De una cuba de cascajo de obra cogí un palo y pude poner la botella de pié.
Luego, de la misma cuba, cogí un trozo de tubería. La metí pir el cuello de la botella y.. voilà. La botella llegó a mis manos.

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